La traición de quién se ama es uno de los aspectos más dolorosos de la vida emocional. Las relaciones de pareja, por su naturaleza, forman un vínculo muy estrecho entre los integrantes de la pareja.
Confiamos plenamente en quién amamos, y por supuesto, estamos expuestos a una traición y a vivir sus secuelas.
Generalmente el sentimiento de confianza nutre la vida en pareja. Cuando este se traiciona se vive con indignación, y un sentimiento, de vergüenza. La traición puede darse por infinidad de razones, la primera de ellas, es la infidelidad.
El dolor de la ruptura es enorme. El alma anda en duelo. Las circunstancias se tornan tensas. Los silencios son insostenibles y los reclamos se convierten en la tónica de la relación.
La traición amorosa genera fuertes sentimientos perturbadores: cólera, enojo, ira, sed de venganza, odio, envidia, todos, sentimientos muy difíciles de sobrellevar.
Se lastima el valor del otro. Su confianza. Su seguridad. Su amor. Su fidelidad.
La verdadera naturaleza de la vida en pareja se trastoca. Y, no basta con pedir perdón y perdonar. Superar la traición es un proceso que lleva años.
La herida de traición tiene implicaciones emocionales.